Inicio

Estás en un punto en donde ya sabés cuáles cosas no hiciste y porqué razón,... ahora también tenés en claro que ya no las vas a hacer nunca. Además, reconocés claramente aquellas que hacías con la perseverancia de un chino y que sin embargo se fueron haciendo esporádicas por falta de tiempo, de ganas… o de compañeros.
La bolsa se sigue llenando de cosas por hacer, y en tu carrera contra el tiempo no acertás con cual arrancar. No te estoy hablando de emprendimientos magníficos: sueños utópicos, viajes transcontinentales, o proezas deportivas… cosas ordinarias, te digo. Por supuesto, quedan excluidos excesos como vacaciones en Camboriú con amigos atorrantes, estudios de postgrado en Londres, y un mes de turismo sexual por Tokio.
Te decidís a hacer algo, pero a los cuarenta se acabaron tus días de sacar la lengua como Gene Simmons , desde hace rato cuando entrecerrás los ojos, en lugar de Kim Bassinger aparece la isla del wallpaper de Windows, y entre otras cosas, extrañás horriblemente desayunar pizza fría, en patas y con Tom Waits esmerilando las paredes con su vozarrón.
De un día para el otro, te avisan por el megáfono que quedaste afuera del show,... que son muchas las cosas que no entendés y además no te interesan, que todo va más rápido que antes. Tenés a tu disposición un repertorio de anécdotas como para aburrir sistemáticamente a tu mujer y parientes cercanos, tu hija de seis años te dice que no entendés nada papá, y de paso, descubrís que a medida que te alejás de Iggy Pop, empezás a parecerte sospechosamente a tu viejo.
Entonces, con el resto de rebeldía amateur que escondés junto al ejemplar Nº 12 de la Sex Humor, esperás que tu pareja desocupe la notebook , le despegás por décima vez el sticker de "Patito Feo", y te persignás como entrando a la cancha:
Con los ojos cerrados le das clic en “Crear blog ahora”.

1 comentario: